martes, 18 de noviembre de 2008

Más ciudadanos, menos partidocracia


Más ciudadanos, menos partidocracia.

Así lucía el 17 de noviembre, el mensaje central colocado sobre la manta monumental que tapaba, completamente, una de las caras del monumento a la Revolución en la Ciudad de México. Ese acto de comunicación política encuadraba el lanzamiento público de un nuevo movimiento social, encabezado por la excandidata presidencial Patricia Mercado.

El lanzamiento de éste movimiento lleva de forma explícita varios mensajes: el que –por lo menos por ahora—no buscan la constitución de un nuevo partido político (lo que pareciera novedoso ya que la propia Mercado ha intentado hacer política desde adentro del actual sistema de partidos) sino la constitución de un movimiento ciudadano, organizado en torno a clubes cívicos; lo hacen “tapando” simbólicamente el “rostro” más visible de lo que queda de la revolución de 1910, que dicho sea de paso, a la fecha no cuenta con un responsable que encabece los esfuerzos de la celebración de su centenario y lo hacen “tachando” --como se ve en la manta--, la R de la palabra revolución dejando de forma limpia la palabra “Evolución”; por último, el mensaje central: Menos partidocracia, más ciudadanía.

Parece que, poco a poco, con Jorge Castañeda en 2006 y ahora con Mercado se comienzan a vislumbrar los esbozos de una tercera vía que vaya más allá del plebiscito electoral de socialdemócratas (PRI, PRD, Convergencia, PT y PSD) versus el PAN y Nueva Alianza. Una disyuntiva que expropie el mandato de lo público que detentan los partidos e invoque ese poder a los ciudadanos.

Pero más allá del movimiento de Patricia Mercado, de sus causas y sus proyectos, me parece que lo relevante es que hay gente en el país que estamos pensando que nuestra democracia necesita una cirugía mayor.

Nuestra democracia necesita de la participación de la ciudadanía. Hay un grupo de personas que creemos que urge una sociedad civil más fuerte y con mayor presencia en la vida política de México; que consideramos que lo público ha sido secuestrado por los partidos políticos; que la democracia mexicana decanta siempre a favor de uno de sus actores, la partidocracia y expulsa a espacios mínimos o marginales al resto de los mexicanos.

Los causes de la participación del ciudadano en lo público están limitados; la mayoría de las veces, se recorren sólo a través del voto en las elecciones y en contadas ocasiones por medio de otras figuras, también tradicionales, de la democracia directa como el referéndum o los ejercicios de revocación de mandato --tan publicitados en la gestión de López Obrador al frente a la ciudad de México-- o en un caso que, paradójicamente, se vuelve antagónico, se participa de lo público --casi forzosamente-- desde la membrecía de los partidos políticos o al servicio de las grandes burocracias, federal, estatales o municipales.

Otras formas de participar de lo público, las de la opinión publicada (o transmitida) o desde la sociedad civil organizada, tienen mayores repercusiones, sin embargo, todavía falta mucho por hacer, sobre todo en el campo de las organizaciones de la sociedad civil.
Pero insisto, la culpa no es de los políticos ni de los dirigentes de los partidos políticos: la culpa es de nosotros, los ciudadanos que hemos permitido que lo público sea un ejercicio del antiguo arcani imperi (las cuestiones de Estado o la razón de Estado) y no de aquello que nos es común a todos y que por lo tanto, debiera ser de nuestro interés: la ley, la administración del estado y la justicia.

1 comentario:

Mis propias cuentas... dijo...

Hola ese mi halcón peregrino! Primero que nada, lo felicito por su nuevo blog (o por lo menos así parece) y segundo lo apoyo completamente en su nota. Hace falta que los mexicanos comunes y corrientes hagamos algo más por este pobre país "secuestrado" por los políticos, empresarios, narcos.., bueno, esos grupos selectos que nos dejan a los restantes mortales fuera de la jugada, o más bien a la que no hemos querido entrarle como es debido, por hacernos pendejos; así que ya va siendo hora de dejar de hacernos y empezar a hacer algo diferente!

Le mando un beso grande y un abrazo fuerte. Ese vuelo va hacia arriba, lo veo, lo veo...

Alina L.C.